La Discalculia es un
trastorno de aprendizaje específico que afecta la habilidad para realizar las
matemáticas. La discalculia se estima que aproximadamente afecta al 6% de la
población escolar en Estados Unidos. Esta normalmente se presenta con algún
otro problema del desarrollo, como déficit de atención con hiperactividad,
dislexia o epilepsia. Según el DSM-IV-TR, la discalculia debe manifestar las
siguientes características; 1. La capacidad para el cálculo está situada por
debajo de lo esperado para su edad cronológica, coeficiente intelectual y
escolaridad propia de su edad, dada una evaluación mediante pruebas normalizadas
y administradas de forma individual. 2. El trastorno de discalculia interfiere
significativamente en el rendimiento académico o las actividades de la vida
cotidiana que requieren capacidad para el cálculo. 3. Las dificultades para el
rendimiento en cálculo no se expliquen por un déficit sensorial.
Las características
que se observan en niños con discalculia incluyen una variedad de errores en
tareas numéricas, como la realización de operaciones aritméticas, resolver
problemas matemáticos o utilizar el razonamiento numérico. Los errores más
frecuentes son; el tipo espacial donde se observa una dificultad para colocar
las cantidades en columnas o seguir la direccionalidad apropiada del
procedimiento. El tipo visual donde se observa una dificultad al leer signos
aritméticos u olvidos del punto decimal. El tipo procedimental donde se
observan omisiones o adicciones de algún paso en el procedimiento aritmético o
en la aplicación de una regla aprendida para un procedimiento diferente. El
tipo grafomotor donde se observa dificultad para formar los números de manera
apropiada. El tipo de juicio donde se observan errores que conllevan a
resultados imposibles. El tipo memoria donde se observan problemas para
recordar las tablas de multiplicación o los procedimientos aritméticos. Y el
tipo perseverancia donde se observa dificultad para cambiar de tarea o
repetición de un mismo número.
La discalculia
presenta un perfil cognoscitivo variado pero con frecuencia se encuentran
alteraciones en algunas funciones neuropsicológicas especificas. Las
principales funciones son la memoria a corto plazo, el procesamiento de
secuencias y la atención, además se vincula a problemas visoperceptuales,
visoespaciales y visomotores. El cerebro utiliza múltiples áreas para la resolución
apropiada de un problema numérico, esta requiere de habilidades verbales,
espaciales y conceptuales. Se pueden mencionan en consecución que áreas
neurobiológicas corticales y subcorticales como el área de wernicke y broca, la
corteza occipital, el área premotora, el
hipocampo, los ganglios basales, la corteza prefrontal y la parietal entre
otras influyen directamente en la realización de las matemáticas. Inclusive
existe una modalidad muy poco conocida de la discalculia llamada Anaritmetia de
forma congénita. Esta se caracteriza por la dificultad para realizar
operaciones aritméticas, sin que existan problemas de lenguaje o visoespaciales
que lo justifiquen. Hasta ahora no se ha identificado el área cerebral
específica implicada en este trastorno pero se presume que se debe a
alteraciones en áreas prefrontales.
Uno de los modelos más
completos para resolver problemas matemáticos es el Modelo de Solución de Problemas creado por Richard E. Mayer, (2002).
Este propone que los problemas de aprendizaje en matemáticas se pueden dividir
en cuatro componentes: traducción del problema, integración del problema, planificación
de la solución y ejecución de la solución.
El primer proceso es la
traducción del problema se refiere a
la habilidad del sujeto para transformar las afirmaciones del enunciado del
problema en una representación interna. Según Mayer, esta habilidad requiere de
dos tipos de conocimiento: el conocimiento lingüístico y el conocimiento
semántico. El lingüístico referente a poder entender el idioma en que está
escrito el problema y el semántico en entender a los referentes que expone el
problema como saber que un triangulo es una figura geométrica de tres lados.
El segundo proceso es
la integración del problema se refiere
a la capacidad para integrar cada una de las afirmaciones del problema en una
representación coherente de la información. Según Mayer, este proceso requiere
de conocimiento esquemático, que hace referencia a la habilidad de los sujetos
para reconocer diferentes tipos de problemas, y clasificarlos en tipologías
preestablecidas. Además de la capacidad para distinguir entre información
relevante e información irrelevante para la solución del problema.
El tercer proceso es
la planificación del problema se refiere a la habilidad del sujeto para
generar un plan mediante el planteamiento de objetivos y sub-objetivos dentro
del problema. Tener la habilidad para supervisar o monitorear los
procedimientos mediante ejecuta su plan. Mayer propone que el conocimiento
necesario para la elaboración de planes es el conocimiento estratégico, que
implica la capacidad para crear o aplicar estrategias que ayuden a resolver
problemas.
El cuarto proceso es
la solución del problema se refiere a
la ejecución de la solución; la aplicación de las reglas de la aritmética
siguiendo el plan anteriormente elaborado. Este proceso requiere de
conocimiento procedimental, necesario para hacer efectivos los procedimientos
que se han planificado en la fase anterior. Este modelo plantea prácticamente
todas las áreas a intervenir en los problemas de aprendizaje de matemáticas.
Una buena evaluación psicoeducativa, cognoscitiva y neuropsicológica es
necesaria para determinar un plan de intervención, este debe ser orientado
hacia la estimulación y rehabilitación de áreas neuropsicológicas involucradas
y afectadas por la discalculia de forma que incrementen la funcionalidad neural
y escolar del niño.
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