viernes, 8 de febrero de 2013

Trastornos del Habla y Lenguaje



Los trastorno del habla y lenguaje en los niños son aquellos problemas que presentan un lento progreso o incapacidad para la adquisición de las habilidades para comprender o producir lenguaje. También conocida como problemas comunicológicos, disfasia del desarrollo o simplemente disfasia por otros especialistas. Este representa un trastorno en la adquisición del lenguaje, no explicativo por retraso mental, déficit sensorial o motor, privación mental o alteración emocional (Wood, 1985). Para diagnosticar algún tipo de trastorno del habla y lenguaje se debe excluir todos los defectos del lenguaje como resultantes de trastornos de conducta, defectos auditivos, alteraciones motoras bucales y deficiencia intelectual global. La persona designada y autorizada para evaluar y diagnosticar trastornos del habla y lenguaje es un patólogo del habla y lenguaje para el cual se necesita una maestría en patología del habla y lenguaje y una licencia autorizada, registrada y valida.

Existen modelos del lenguaje que señalan que este se adquiere en estadios a través de los cuales se pueden apreciar una progresión en el niño. Normalmente entre los 0-2 meses se presenta una respuesta a estímulos en el rango de frecuencias del lenguaje, percepción de fonemas por categorías y preferencia por los sonidos verbales. Entre los 2-8 meses se presenta un dialogo madre-hijo, orientación hacia los estímulos verbales y balbuceo. Entre los 9-12 meses se presenta la expresión de intenciones comunicativas no verbales, que implican llamado de atención, rechazo, solicitud y así por el estilo, compresión de unas pocas palabras dentro de un contexto. Entre los 12-18 meses se presenta el uso de las primeras palabras reconocibles y comprensión de palabras fuera de contexto. Entre los 18-24 meses se presenta una combinación de dos palabras para formar frases telegráficas, expresión de un rango limitado de significados, compresión de palabras referentes a objetos ausentes y uso de lenguaje para solicitar información. Entre los 2 a 5 años  se presenta un incremento en la longitud promedio de la frase de 2 a 4 palabras, sobre generalización de reglas morfológicas, manejo de las reglas morfológicas y sintácticas en oraciones simples, inicio de oraciones complejas, uso de reglas lingüísticas en la compresión de frases, empleo del lenguaje para referirse a eventos remotos en el tiempo y el espacio, uso del lenguaje con fines diversos como imaginar, predecir o interpretar, incremento de la habilidad para conversar conservando el tema tratado, utilización de reglas de cortesía en el lenguaje u selección del estilo apropiado de expresión según la situación social. Para los 5 a 12 años de edad se presentan el uso de estrategias para elaborar y condensar la información, habilidad para utilizar y comprender oraciones de tipo inusual y el desarrollo de conciencia metalingüística (Spreen, Riesser, Edgell, 1995).



Las alteraciones en el desarrollo del lenguaje se clasifican en dos grandes áreas las expresivas y las receptivas. Las alteraciones expresivas se dividen en disfasia expresiva, dispraxia verbal, disartria y afasia infantil. Las alteraciones receptivas se dividen en pérdida auditiva, disfasia receptiva, agnosia auditiva verbal y audiomudez. Existen varias posibles etiologías de los trastornos del habla y lenguaje entre los ellos; pérdida auditiva en la etapa prenatal, alteración del sistema nervioso central, rubeola en el primer trimestre del embarazo, complicaciones congénitas o durante el parto, meningitis, infección grave y síndrome convulsivo (Goldstein, Landau, Kleffner, 1960).

Según Leblanc (1991) es importante destacar seis criterios para diagnosticar cualquiera de los trastornos del habla y lenguaje. 1. Retraso grave de comprensión y o expresión verbal. 2. Una disfunción perceptiva general a nivel de una o varias modalidades sensoriales implicadas en la adquisición del lenguaje como la recepción de estímulos presentados de modo secuencial, integración de las secuencias de estímulos, organización y almacenamiento de la información que permita relacionar tales estímulos con los anteriormente adquiridos y asimilados y reproducción de estímulos. 3. Un déficit auditivo especifico que no sea reconocido en un examen audiométrico pero evidente funcionalmente, estos muestran fallas para percibir, almacenar y recordar el orden de información auditiva. También fallan en la capacidad para reproducir estructuras rítmicas, reconocer el número de sonidos sin significado. 4. Un cociente de inteligencia no verbal normal y muestra de discrepancia significativa entre la inteligencia verbal y no verbal de pruebas estandarizadas. 5. En ocasiones muestran perseverancia e incoherencia en las respuestas, inestabilidad emocional y algún nivel de hiperactividad. 6. Una limitación en la memoria auditiva a corto plazo.

Mediante una buena evaluación y diagnostico se prosigue con un tratamiento o terapia que normalmente se denomina terapia del habla y lenguaje. Esta debe ser ofrecida por una terapista del habla y lenguaje con un grado de bachillerato y contar con una vigente licencia para ejercer. La terapia debe ir acorde con el nivel de gravedad en el retraso lingüístico, que por lo general consiste en una estimulación verbal con énfasis en su funcionalidad. En la terapia del habla y lenguaje corrigen los defectos de producción del lenguaje para incrementar su adquisición gradual y normal para su edad.  

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