La dislexia es una deficiencia en el
aprendizaje que afecta la lectura. La dislexia como una patología fue
inicialmente descrita por Morgan (1896) y Kerr (1897) para la cual usaron el
término de “ceguera verbal congénita”. Tras mucha investigación y polémica se
le denomina trastorno de la lectura según el manual diagnostico y estadístico
de los trastornos mentales (APA, 1994). La dislexia normalmente se reconoce
durante los primeros años
escolares, existen algunos rasgos que presentan la mayoría de los niños
disléxicos que incluyen pero no se limitan a un discreto retraso en la
adquisición del lenguaje, fallas articulatorias, dificultades para aprender los
nombres de las letras o de los colores, defectos en la secuenciación de
silabas, algunas dificultades para hallar palabras o nombrar objetos o
ilustraciones y problemas para recordar direcciones, números telefónicos y
otras secuencias verbales (Pennington, 1991). Existe mucha información y
conclusiones de investigaciones que encuentran que los niños con dislexia
presentan defectos en el procesamiento fonológico del lenguaje. La asociación
internacional de dislexia expone que
esta es una deficiencia en la habilidad para comprender, analizar y utilizar
los sistemas del lenguaje.
Las principales dificultades en la
lecto-escritura en niños con dislexia son lectura lenta. Falta de fluidez con
vacilaciones en palabras poli silábicas o de uso poco frecuente, errores de
equivalencia fonológica, dificultades en el reconocimiento espacial de
direccionalidad, omisiones de palabras, adiciones de palabras, sustituciones no
corregidas de palabras tanto visuales como derivacionales, sustituciones de
letras que conllevan a una palabra inexistente, identificación de la primera
letra o segmento con cambio de la palabra, dificultad en la comprensión de
textos, dificultades para expresarse por escrito, omisiones de letras o
segmentos al interior de una palabra, sustituciones de letras, frecuencia
elevada de errores ortográficos tanto homófonos como no homófonos, manejo
inadecuado de la separación entre palabras, sincinesias, dificultades en el
reconocimiento de los dedos, confusiones derecha-izquierda, trastorno en
movimientos oculares, dificultades en el aprendizaje de series, dificultades para
aprender a leer el reloj y fallas en el uso de relaciones espaciales.
Como el estudiante con dislexia
presenta tantos tipos de problemas de subdivide la dislexia en subtipos, estos
de clasifican según su base de observación o identificación de problemas.
Bakker, (1979) los clasifica según su componente neurológico como dislexia
posterior, dislexia anterior y dislexia central. Johnson, Myklebust, (1971) los
clasifica según su perfil comportamental en dificultades en el procesamiento
visual y dificultades en el procesamiento auditivo. Boder, (1973) los clasifica
según el análisis de errores al leer en disfonetica que es la incapacidad para
relacionar símbolos y sus sonidos y diseidetica que es la incapacidad para
percibir simultáneamente un conjunto.
La lectura es una habilidad cognitiva
que depende del buen funcionamiento de diversas regiones cerebrales. La
capacidad para leer es un sistema funcional complejo neural que se suple de
áreas corticales para llevarse a cabo. El cerebro como órgano dinámico es posible
tratar a tiempo la dislexia, la mayoría de los niños con este trastorno pueden
aprender a leer, escribir y utilizar el lenguaje lo suficientemente bien como
para llevar a cabo las tareas escolares y sociales de manera aceptable. Los
niños disléxicos requieren de ayuda para la compresión de la lectura y
estrategias de estudio. La asociación de grafema y fonema son un aspecto
central en el aprendizaje de lecto-escritura. Se recomienda utilizar palabras
significativas y no solo tareas mecánicas de representar sonidos como escribir
y leer letras y silabas. De manera que se realicen asociaciones de los sonidos
de las letras con elementos significativos, fáciles de comprender y memorizar y
buscar el tipo de asociaciones pertinentes para cada caso. Es necesario el
reconocimiento de las direcciones espaciales es fundamental (arriba, abajo,
adelante, atrás e izquierda y derecha. La dirección de las letras en las
palabras y la dirección en la lectura son altamente significativas. Con la
adecuada actividades educacionales como el manejo de las direcciones espaciales
y utilizar medios externos como las manos o las manecillas del reloj adecuados
de términos espaciales y temporales como antes y después son indispensables
para lograr una exploración ordenada de las letras, palabras y frases.
Realizar actividades construccionales
ayuda a desarrollar y mejorar las habilidades visoespaciales. Mediante el
ensamblaje o el dibujo que permiten la integración visoperceptual se pueden
utilizar como medios para practicar la lectoescritura. Realizar estos
ejercicios incrementa la adquisición de habilidades de secuenciación y
organización espacial. En general las dificultades leves en la lectoescritura
pueden ser consideradas como positivas si son referidas a tiempo. El factor tiempo
es muy importante tanto en el diagnostico como en el tratamiento que debe ser
multidisciplinario para cavar en todas las posibles causas y efectos de la
dislexia en el estudiante.
como saber si mi hijo de 8 años tiene dislexia auditiva
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